Según un artículo publicado en El País, se prevé que la electricidad requerida por los centros de datos en Estados Unidos se triplique en los próximos tres años. Esta estimación podría quedarse corta tras el anuncio del presidente Donald Trump de invertir 500.000 millones de dólares en el desarrollo de la inteligencia artificial. Este incremento en el consumo energético plantea desafíos significativos en términos de sostenibilidad y gestión de recursos.